Aunque su nombre Shih Tzu es chino (lengua en la cual significa león), los orígenes de este perro deben buscarse en el Tibet, y son el resultado de cruzamiento entre pequeños perros tibetanos, criados por los monjes, que los consideraban sagrados. Conjuntamente con otras razas de aspecto leonino (como el Pequinés y el Lhassa Apso), fueron siempre muy apreciados por los mandarines y nobles chinos, justamente por su semejanza con el león, que juega un importante papel tanto en la historia popular como en el folklore de ese país. La importación en Europa de los primeros Shih Tzu se realizó alrededor de 1930, y a partir de ese momento se generalizó.